domingo, 16 de mayo de 2010

LA HISTORIA INTERMINABLE

UN LIBRO, UN RECUERDO INOLVIDABLE
Pertenezco a una generación de mujeres - posiblemente la última - que en su juventud se bordaba el ajuar. Mis amigas y yo nos juntábamos con nuestros bastidores y nuestros hilos de colores y, a golpe de aguja y dedal, escuchábamos nuestra música, comentábamos los últimos programas televisivos y, como no, cotilleábamos de unos y otras.
Sin embargo aquel verano fue distinto. Mis hermanos, a los que debo en buena medida mi amor a la lectura, me regalaron La historia interminable, el último best-seller de aquellos días. Comencé a leerlo y, ahora páginas verdes y ahora páginas granates, me imbuí de tal manera en la historia, que no podía despegarme del libro; así que decidí compartir mi lectura con mis amigas, y entre vainica y filtiré, entre puntos de cruz y de sombra, una cadeneta por aquí y un punto yugoslavo por allá, mientras ellas se afanaban a sus sábanas y a sus mantelerías, yo les leía en voz alta aquella historia, que bordada nos quedó para siempre en nuestros recuerdos...
Así nos refugiamos en el desván de la escuela con Bastian, el gordito entrañable, para leer furtivamente aquel libro robado; junto a él nos adentramos en el mundo de Fantasía que estaba siendo devorado por La Nada y que provocaba a su soberana, la Emperatriz Infantil, una grave enfermedad; fascinadas por el valor de Atreyu, el Hijo de Todos, cabalgamos sobre su impetuoso caballo Ártax y sobrevolamos a lomos del gran dragón blanco Fújur la tierra de Fantasía, en la Gran Búsqueda que la Emperatriz Infantil, de alguna manera, nos había encomendado a todas. Cuando por fin Bastian entró en Fantasía, también nosotras nos sentimos protegidas por el Áuryn, pero igualmente que él fuimos engañadas por Xayide e incomprensiblemente atacamos la Torre de Marfil; sin embargo, como Bastian, encontramos nuestra Verdadera Voluntad y volvimos al mundo real para poder mostraros a todos el camino a Fantasía.
María José Ortuño Morales

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